Estancia
La libertad de sentir haber llegado al lugar preferido, haciendo de ese espacio de paz no solo un espacio de momentos, si no una estancia definitiva del espíritu.
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El regalo de ternura y bondad que se entrelaza en una historia escrita desde el cielo, una construcción de momentos que se celebran en la llegada de un ser nuevo.
La claridad de mirar la magnificencia de lo divino y el valor de la vida para guardar el corazón con paz y que la mente camine en constante calma dando a las ideas una llegada en vuelo con sabiduría.
Entendimiento y compromiso, reflexión de metas, bienestar de balance. Flores que nacen como virtudes ante el espejo de las experiencias . El miedo no es amor, el florecer es reflejo de la transformación de lo rígido a lo suave, de lo muerto a lo vivo, de la obstrucción de voluntad a la humildad en bendición.
La magnificencia del creador con su creatura, en humildad al encontrarnos con su protección.
La misericordia de Dios es infinita. Jesús en ti confió – Jezu ufam tobie. Estas palabras son el comienzo y el final de todo. Esta única oración es la clave para el infinito tesoro de la Misericordia Divina y, al mismo tiempo, esta frase es la prueba de que la misericordia de Dios ya está obrando en el corazón del hombre. Todo comienza con la confianza y la confianza es el punto más alto de todos los sentimientos humanos, decisiones y formas de pensar.
Dios es bondad. Dios es todopoderoso. Dios está siempre para nosotros y para el mundo entero.
La también llamada Sabiduría, parte y origen de las cuatro virtudes cardinales en conjunto con la justicia, la fortaleza y la templanza. Las riquezas en el cielo proceden a través de ella brindando refugio y paz a los corazones.
El espíritu que ilumina y hace florecer el camino, una calma que aquieta la mente y despliega una armonía, una realidad invisible que habita en una permanencia divina y que existe en la quietud de la oración y el refugio de la paz que es el amor verdadero de Dios.